Y parirás con
dolor...
(Dios) "A la mujer
dijo: multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor parirás
los hijos;"... Génesis Cap.3 Vers.16
Y así desde miles y miles de años, en esta sociedad patriarcal,
damos por hecho que se pare con dolor. Sin cuestionamientos.
Ahora, podríamos preguntarnos por qué una especie tan
evolucionada como el ser humano, así como segrega hormonas como la adrenalina
para correr ante una amenaza, no segregaría hormonas que disminuyan el dolor
del parir (si este existiese). O por qué algo tan natural como dar vida debiera
ser doloroso?
Pero aquí puedo contarles también mi experiencia frente a
ese dolor. Mis dos experiencias.
En mi primer parto, las primeras contracciones fueron muy
fuertes y como estaba en fecha y releyendo un libro que tenía a mano, trataba
de encajar la definición con lo que sentía. Y pensé …. Ya nace. Entonces fui a
la institución con esa sensación de “esto ya es muy doloroso” (unos pinchazos
en la zona lumbar) y rápidamente y también porque eran las 4 de la mañana y había hecho levantar a la
partera, me pusieron el suero y la oxitocina sintética. Tan rápido como la
oxitocina sintética también me colocaron la anestesia peridural (para que no
duelan las contracciones que provoca la oxitocina artificial), así que no puedo
contar los dolores que tuve, porque no tuve. Sí incomodidad, sueño, deseos de
que todo pase rápido.
En mi segundo parto. Las primeras contracciones empezaron
como aquellas con el dolorcito en la zona lumbar y eran contracciones que yo
pensaba como un útero en movimiento que está ayudando a mi bebé a bajar y las
recibía y las disfrutaba y no me parecían tremendas. Bailaba con ellas. Cuándo aumentaban
su intensidad, me metía en la bañadera y
así en la noche, en la intimidad de mi casa, las fui atravesando gratamente.
Hasta que un momento no sé, no sentí o no me di cuenta y cuando existió el
momento donde pensé: “ahora me desarmo”, un pujo y salió la cabecita de Vicente
y otro pujo más y su cuerpo. Y ya no hubo más que felicidad.
Y no tomé ni una aspirina, ningún calmante ni nada de nada.
Y ya estaba allí con mi bebé, sin dolor.
Muchas cosas se dicen del dolor. Que uno tiene un umbral,
que mejor con anestesia que no se siente. Por supuesto que depende de cada ser,
de cada cuerpo y de cada intención que se proyecte sobre eso. Pero para mí, la
lectura de Casilda Rodrigañez y su “Parirás con Placer” fue clave. Adueñarse de
lo femenino, conocer tu cuerpo, tu útero, desarmar el patriarcado y confiar en
uno mismo es la clave.
También el conocimiento acerca de los efectos de la
peridural en nosotros y en nuestro bebé ayuda a tomar ciertas decisiones. Pero
por supuesto, que en esta sociedad donde estamos inmersos, es muy difícil
reflexionar sobre estos puntos. En un mundo donde “desconectarse” de uno mismo
es más cómodo, y dónde nos venden que un parto “rápido y sin dolor” está la
clave para un nacimiento felíz, se complica vivir la experiencia.
Las contracciones con Luna en casa
Las contracciones con Luna en sanatorio
Las contracciones con Vicente
Las contracciones con Vicente
(Dios) "A la mujer dijo: multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor parirás los hijos;"... Génesis Cap.3 Vers.16
Te amo amiga! Gracias por abrir tu corazón!!!
ResponderEliminarFeliz blog!!! Fan tuya desde ya! Te quiero y te leo con deleite. Viva!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTienes razón, yo aun no logro entender como después de tantisimas investigaciones sobre todo tipo de temás, enfermedades, tecnología... se siga diciendo que el parto duele y no se enseñen más técnicas de relajación, mentales, consciencia plena para vivir el momento.
ResponderEliminarNo lo entiendo, gracias a mujeres como tu que desde un rincón del mundo comparten su experiencia para que las que queramos encontrarlas las encontremos.